
- Considera que la OTAN es una organización que ni busca ni garantiza la seguridad y la paz
- Se suma a las movilizaciones convocadas por la paz y contra la OTAN en Madrid, en particular la manifestación del 26 de junio
Andalucía, 22 de junio de 2022.- La guerra desatada por Rusia contra Ucrania que la APDHA ha condenado sin matices, no sólo ha vulnerado gravemente la legalidad internacional, sino que ha provocado decenas de miles de víctimas y una oleada de personas refugiadas en Europa como no se conocía desde la Segunda Guerra Mundial. Además, ha supuesto un terremoto económico, una obligada reconfiguración de los mercados de la energía, inflaciones galopantes en buena parte del mundo y graves problemas para el abastecimiento de productos básicos, que puede originar una tremenda hambruna en algunos países de África.
La guerra de Rusia contra Ucrania, junto a ello, también ha contribuido a que se ponga en marcha toda una operación destinada a legitimar a la OTAN ante amplios sectores de la población como único garante de seguridad, proporcionarle argumentos para diseñar nuevas estrategias que le den razones de ser y justificar un aumento generalizado de los presupuestos militares de los países miembros como nunca se había visto (en España, nada menos que duplicar los gastos militares actuales).
Pero la OTAN no puede disfrazarse de organización defensora de la paz y la democracia. Creada en 1949 con el objetivo declarado de oponerse al llamado bloque comunista soviético, se presentó como garantía de defensa mutua en caso de agresión del bloque del este, que a su vez organizó en 1955, el Pacto de Varsovia.
En realidad, la OTAN significó para Europa la supeditación a la estrategia militar y económica de EE.UU., crear escenarios de confrontación en Europa y no en EE.UU., como la famosa y peligrosa crisis de los euromisiles, llenar Europa de bases americanas y armas nucleares, etc.
Parecería razonable que con la disolución de la URSS y del Pacto de Varsovia en 1991, al quedar sin su “enemigo fundacional”, la OTAN iniciara también un proceso de distensión y desmantelamiento propio.
Pero no fue así. Todo lo contrario, a partir de los 90 se buscaron nuevos enemigos y se involucró a sus miembros en la guerra global contra el terrorismo a partir de 2001, que incluía de forma más o menos explícita el control y protección de recursos energéticos estratégicos. De hecho, la OTAN comenzó a actuar en diversos escenarios internacionales al margen de la ONU e infringiendo el mandato explícito de la Carta de las Naciones Unidas.
Fue el caso del bombardeo de Kosovo en 1999, la intervención y ocupación de Afganistán en 2011, la guerra y ocupación de Irak a partir de 2003, o los ataques militares a Libia en 2011.
Ahora en 2022, Madrid acoge otra importante cumbre de la OTAN. En la misma se quiere llevar a cabo una tercera refundación estratégica. Primero para venderse como una estructura de lucha por la democracia y contra los regímenes autoritarios (excepto los propios claro). Segundo, para consolidar la deriva de incremento del gasto militar generalizado tan cara al entramado industrial-militar. Y tercero, para actuar frente a las consecuencias del cambio climático, pero no para limitarlo, sino para impedir que recursos estratégicos puedan dejar de estar bajo control y caigan en manos de terceros no controlables.
Para la APDHA la OTAN no es una organización para la paz y la seguridad. Por lo que repudiamos la pertenencia de España a la misma.
Como se sabe, España ingresó en la OTAN en 1982 entre una gran oposición de la mayoría de la gente. Tanto es así que el PSOE, una vez cambiada su posición a favor de la OTAN, se vio obligado a convocar un referéndum en 1986, que ganaron por escaso margen los atlantistas.
Posteriormente, los diferentes Gobiernos han vulnerado las condiciones que se votaron en aquel referéndum y que hoy nadie quiere recordar: no integración en la estructura militar, no permitir armas nucleares en España, reducción progresiva de las tropas de EE.UU. en España.
La APDHA, ante la cumbre de la OTAN en Madrid el 29 y 30 de junio,
- Reclama una implicación real de la ONU, y de la propia UE, que promueva un proceso negociador para conseguir acuerdos que permitan una salida pacífica, tras el ataque ilegal de Rusia a Ucrania.
- Seguimos creyendo que ese papel de agente de paz es incompatible con la OTAN, organización que debería empezar un proceso de desmantelamiento y en todo caso en cuanto a España, la no participación en la misma.
- Reafirmamos nuestra total oposición al aumento de los gastos militares. Ello entra en contradicción con el rol que consideramos debiera jugar España y con las necesidades sociales de nuestro pueblo.
- Asimismo, manifestamos nuestro respaldo a las movilizaciones anti-OTAN convocadas, especialmente la manifestación del 26 de junio en Madrid y llamamos a la participación en la misma.