Los ciudadanos constatan que nuestra feria no es todo lo acogedora, cálida e inclusiva que debiera…
El evento festivo que supone la Feria de Córdoba para todos los cordobeses, los preparativos previos de quienes la organizan para que todo saliera perfecto, las valoraciones positivas de los responsables políticos y en general, las noticias divulgadas por los medios de comunicación, dotan al imaginario colectivo de una plena satisfacción por el buen discurrir de nuestra feria.
Pero, lamentablemente ese buen discurrir se ha visto empañado, a veces, por quienes no acaban de entender que la ciudadanía de Córdoba, como la de cualquier otro lugar, se merece un respeto y un trato digno, sin ningún tipo de justificación para lo contrario.
Desde la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía pusimos a disposición ciudadana un teléfono en el que se pudieran comunicar situaciones de claro contenido discriminatorio, abusivo,.. Y casi desde el inicio, hasta el último día de feria, recibimos llamadas de ciudadanos que, con dolor y rabia, nos comunicaban hechos de esta índole, sufridos en carne propia o en la de algún familiar o amigo.
Si los ciudadanos/as cordobeses creíamos que podíamos presumir de una Feria abierta, acogedora, cálida, distinta a otras con la fama contraria, es hora de cuestionarse estos adjetivos. Cuenta de ello dan las llamadas originadas a raíz de la denegación de entrada en diferentes casetas, a priori, de entrada libre. La polémica figura del portero, o personal de seguridad, contratado por algunas casetas, con indicaciones en algunas ocasiones por parte de los responsables, ha dado lugar a diversos episodios desagradables, sintiéndose diversas personas humilladas por el trato recibido. No había explicación alguna, tras el gesto de mover el dedo índice a izquierda y derecha, o igualmente la cabeza, tan solo frases despectivas. La indignación de estos ciudadanos, sin un porqué clarificador, les llevaba a suponer esos porqués reales: quizás ser de etnia gitana, quizás parecer de origen magrebí, quizás por pertenecer a un nivel socio económico distinto por vestir de una forma concreta,…
No todas las casetas han seguido este modus operandi, por lo que no queremos empañar el buen hacer de la mayoría de ellas, pero tampoco queremos que pasen velados estos incidentes, y que para muchas personas, de la propia ciudad o provincia, o venidas de otros lugares, la Feria de Córdoba sea catalogada como racista, discriminatoria, seleccionadora de público. Es por ello que, damos voz a estos hechos, y se hace público el nombre de las casetas en cuyo interior algunos ciudadanos han denunciado incidentes, como Salsaya (de quien recibimos tres denuncias diferentes), La Cena, El Granito de Oro y La Quadra. Se ha podido contactar con la Quadra y con La Cena, las cuales han manifestado desconocer los hechos, al no tener constancia de los mismos. Siendo imposible contactar con el resto de casetas señaladas.
En todos los casos denunciados la persona afectada, es decir, que no se le permitía la entrada, iba acompañada de otras a las que sí se les dejaba entrar, o observaban con asombro el acceso libre de otra gente.
Por otro lado, también contamos con denuncias referidas al trato perpetrado hacia personas con discapacidad. En este sentido, se han denunciado unos aparcamientos deficientes para personas de movilidad reducida. Además, un trato inadecuado en la atracción “Flumeride”, con una menor con parálisis cerebral, al hacer pagar al acompañante de la misma, cuando en ninguna otra atracción sucedió de este modo.
Y por último señalar las intervenciones policiales, algunas despojando a inmigrantes de su mercancía, su modo de buscarse la vida, una vida que nos empeñamos en hacer más difícil si cabe los “vecinos acogedores y solidarios del Norte, de Europa”. Pese a que a pocas personas molestan estos vendedores ambulantes, no hay escrúpulos en quitarlos del medio, alegando una mala imagen, una competencia desleal,… la pura aplicación de ley injusta desde el punto de vista de la solidaridad, y la compasión humana.
Otras intervenciones, que han sido objeto de denuncias penales por diversos ciudadanos, consideradas por éstos como excesivas y brutales. En concreto, tres vecinos han señalado que el día 1 de junio la policía nacional les agredió en el reciento ferial, y a una de ellas con posterioridad en la propia comisaría de policía. Sus partes médicos indican lesiones en ojo, cara, hombro y resto del cuerpo. Hechos negativos, que deben ser objeto de minuciosa investigación por la propia policía y juzgados.
Estos son algunos de los casos que han ocurrido en la feria, pero otros muchos no nos han llegado. Quizás la dejadez, el vivir en una constante discriminación o el restar importancia a hechos como éstos, explica la pasividad de parte de la ciudadanía para denunciarlos.
Deseamos que estas quejas populares no caigan en saco roto, y que nuestra Feria pueda presumir, como muchos queremos de ser inclusiva, acogedora, donde toda la ciudadanía pueda disfrutarla sin sufrir discriminación alguna. Para trasladarle todas las informaciones recibidas se ha solicitado reunión con la concejala responsable de festejos1 y fiestas. De igual modo se presentará en el día de mañana a las 11,30 en el registro en el Ayuntamiento, dándose copia a los diferentes grupos políticos, las informaciones respectivas, tanto individuales como elaboradas por la propia Asociación, sobre lo recogido a fin de que sea objeto de la oportuna investigación y depuración, así como sobre todo se evite su repetición en el futuro.
Córdoba, 6 de junio de 2013