Los colectivos Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía – APDHA, Ecologistas en Acción, Asociación amazonas, PRODENI, Plataforma El Árbol, Confluencia sindical Bahía de Cádiz, Red de Acogida Puerto Santa María, USTEA, SAT, Acción Solidaria con los Pueblos Oprimidos – ASPO, Red de Apoyo a Inmigrantes de Jerez, Colectivo no Violencia ELAIA – MOC, Mujeres y Derechos Sociales, AGHOIS, Sindicato Ferroviario, GESTEA, AGADEN, Coordinadora de ONGD de la provincia de Cádiz, FACUA, Ganar Cádiz en Común, Marea Blanca Gaditana y Marea Blanca de Puerto Real convocamos una concentración ante esta cumbre sobre Cooperación al Desarrollo que se organiza en nuestra ciudad con motivo de la presidencia española de la UE del 1 al 5 de septiembre y en la que no se discutirán los verdaderos objetivos de la Cooperación al Desarrollo, sino que una vez más, se condicionará esta Cooperación al Desarrollo al control sobre las personas migrantes que deben ejercer los países.
Nos concentraremos para mostrar nuestra repulsa a este condicionamiento y sobre todo, para exigir que los gobiernos no destinen apoyo logístico, militar y económico a gobiernos reaccionarios sino que sean los pueblos, sus necesidades y que se incluya una regulación migratoria que respete los derechos humanos los objetivos de esta cooperación al desarrollo.
Manifiesto
La pasada semana se produjo un naufragio en aguas de Conil con al menos un muerto y dos desaparecidos. Dos cadáveres más han sido encontrados en Fuengirola. En la misma semana la Guardia Civil devolvió a 168 personas que salieron de Mauritania, y que fueron devueltas a Senegal. Otra actuación miserable del Gobierno que en este tema dirige el Sr. Marlaska.
Son sólo unas muestras ocurridas esta pasada semana. Porque si remontamos la mirada en 2022, perdieron la vida en nuestra Frontera Sur 1.901 personas según los datos contrastados por la APDHA. Sabiendo que son muchos más los no contrastados por esta entidad. Según los datos provisionales de APDHA, son más de 1.200 personas las que han perdido la vida hasta agosto de este año.
Sólo en la frontera sur española. Son datos escalofriantes que deberían llevar a los gobiernos a acabar con esta sinrazón, y por ello a reconsiderar las políticas de gestión de las migraciones que vienen llevando a cabo desde hace más de 30 años.
Porque la tragedia que vivimos en nuestras costas no son fruto de un castigo divino ni de olas traicioneras. Son resultado directo de esas políticas migratorias que implantan los gobierno y la Unión Europea.
La externalización de la gestión de las migraciones es un pilar fundamental de las políticas de la UE. Consiste en subcontratar el control de las migraciones con los países que son origen o de tránsito de las mismas. Y ello independientemente de que en esos países los derechos humanos sean cotidianamente vulnerados. Es el caso de Libia, un país desarticulado tras la intervención para derrocar a Gadafi, del que se acaba de publicar un informe demoledor sobre la acción de sus patrulleras, y la situación dantesca en los campos donde encierran a las personas migrantes; o de Marruecos cuyo trato a las personas migrantes queda ejemplificada con lo que pasó en Melilla en junio de 2022; o de Senegal donde la persecución a los disidentes está obligando a miles de personas a huir en cayucos hacia Canarias.
De nuevo sólo unos ejemplos. Subcontratación quiere decir pago y cobro. Para ello está la cooperación al desarrollo que es de lo que van a tratar en esta cumbre de la UE.
La cooperación al desarrollo es considerada que forma parte de la estrategia exterior de la UE en el ámbito de lo que en su jerga llaman política de vecindaje. No es una cooperación pensada para beneficiar o apoyar a los pueblos de los países a los que se dirige. Es una cooperación al servicio de los intereses de los países de la UE.
Es una cooperación condicionada al “buen comportamiento” de los países que la reciben. Es condicionada entre otras cosas a su compromiso en el control de las migraciones, sean de tránsito o de origen. Y claro, la UE y sus gobiernos miembros miran para otro lado si para ello se vulneran de forma extremadamente violenta, los derechos de las personas migrantes.
Y en la mayoría de las ocasiones, en realidad, más que cooperación o ayuda, estamos hablando de suministros militares, formación e infraestructuras militares. Las mismas armas que luego se utilizan para los golpes militares que tanto rechazan hipócritamente, no porque no sean democráticos, sino porque pueden afectar a sus intereses.
Y es que África empieza a rebelarse como muestran los más de 10 golpes militares durante este último año. No es que aquí los colectivos seamos partidarios de soluciones no democráticas a las situaciones creadas por el colonialismo, con la colaboración de castas dirigentes corruptas. Pero es un síntoma del hartazgo y de la creciente indignación que las políticas extractivas y el dominio colonial están provocando en el continente más rico y al tiempo, y no es casual, más empobrecido.
Las políticas coloniales y asesinas tienen que acabar. Porque es intolerable, porque violan los derechos humanos y la libertad y la soberanía de los pueblos, porque nos empobrece y envilece como sociedad.
A esa necesitad responde esta concentración que convocamos un buen número de colectivos gaditanos.
Para exigir una cooperación no condicionada, al servicio de los pueblos, de sus intereses y de sus necesidades.
Para reivindicar de nuevo que el derecho a migrar es un derecho humano, como lo debería ser la libertad de circulación.
Y para alzar nuestra voz, indignada para clamar que acaben de una vez las muertes en nuestras fronteras, estableciendo vías legales y seguras para las migraciones.