El capitalismo más extremista, el más despiadado, el especulador, el neoliberalismo, está consiguiendo sus objetivos: intervenir de forma decisiva en las decisiones políticas de los países europeos (en mayor grado, claro, cuanto más débil sea ese país, como ocurre con España). Lo que esta iniciativa significa es que en la práctica la Troika gobierna en Europa, y así no nos puede sorprender lo que está ocurriendo: Las personas no importan, pueden ser desahuciadas, abandonadas directamente en la calle, no importa su edad, sus condiciones de vida previas, sus discapacidades,… son como hormigas, son efectos colaterales de nuestros intereses. Para ello hay que endeudar a los países, con deudas injustas, inviables, imposibles de reducir, para que estén en manos de los especuladores. Por supuesto, el pago de esa deuda es prioritario y queda como residual la financiación con dinero público de los servicios elementales para el bienestar social: la salud, la educación y la protección social: no pasa nada, se bloquea la ley de dependencia, se desmantelan los servicios públicos sanitarios, educativos y los esbozos que empezaban de servicios sociales, y como consecuencia de ese debilitamiento, se propone para aquellos que puedan pagarlo, servicios alternativos privados o privatizados.
Junto a este drama social sin precedentes, se rescata con dinero público a las entidades financieras, que deciden seguir negándose a dar préstamos para los sectores más desfavorecidos y se contempla de forma pasiva e inactiva cómo han aniquilado a las Cajas de Ahorro, que habían sido desde siempre entidades para iniciativas sociales.
Para completar el círculo, no se aborda el escandaloso asunto de la evasión fiscal: el propio gobierno reconoce que más del 80% del dinero que recauda procede de la clase trabajadora y que la gran mayoría de los grandes capitales los evaden a paraísos fiscales. Pero, sin embargo, no les parece una decisión política necesaria una reforma fiscal que persiga a estos delincuentes. Es conocido que sólo con recaudar parte del dinero defraudado con estás fórmulas delictivas no habría ningún problema de financiación pública de los servicios antes mencionados que hagan posible el bienestar social.
Ah, pero eso sí, se aborda enérgicamente los recortes sociales, la disminución de los sueldos de los funcionarios, la reducción en la financiación de las comunidades autónomas y ayuntamientos, la reforma laboral que ha supuesto un retroceso en derechos de más de 50 años, se privatizan los servicios públicos sanitarios y educativos, desaparecen los servicios sociales en la práctica, se permiten los desahucios, se abandonan a las personas más desfavorecidas, etc.
Todas estas decisiones políticas injustas e inhumanas han logrado que los niveles de paro laboral sean absolutamente inadmisibles. Esta situación dramática alcanza en la provincia de Cádiz unas cifras históricas: más del 40% de los gaditanos y gaditanas se encuentran en paro y no pueden abordar una vida digna. Por estos motivos, la ADSP apoya la campaña ¡Cádiz Empleo Ya!
Con las políticas que se han desarrollado en los últimos años, tenemos un triste récord: España es el país europeo en el que más han aumentado las desigualdades sociales, es decir, en el que las diferencias entre pobres y ricos han aumentado de forma extraordinaria. Este hecho, además de otras consecuencias nefastas, tiene una que se está ya evidenciando: las desigualdades sociales tienen un efecto devastador en la Salud de los ciudadanos, claro está en aquellos que son afectados por las políticas de recortes sociales.
Además de las consecuencias negativas del paro y de la precariedad laboral sobre la salud, se añaden las derivadas de las políticas de recortes puestas en marcha desde comienzos de la crisis. No hay duda que el desempleo se relaciona con una mayor mortalidad. En muchos países europeos ya se ha detectado un incremento de las muertes por suicidio en la crisis actual. Son numerosos los estudios que detectan un aumento de las depresiones y un empeoramiento de la salud mental de la población. Más aún, los niveles de salud de la generación infantil afectada por esta crisis tendrá consecuencias graves cuando lleguen a la adultez. Como dice el presidente de la Asociación Europea de Salud Pública Martín McKee, la austeridad está siendo un experimento fallido sobre la población europea. La comunidad científica tiene muy claro este diagnóstico y ahora necesitamos que los políticos apliquen el tratamiento adecuado. Porque también se ha demostrado que en los países donde las políticas sociales y las políticas activas de empleo se han desarrollado, se han evitado los efectos negativos para la salud de los desempleados y de la población general.
Por todo ello, la responsabilidad de los gobiernos no sólo es con respecto a cifras macroeconómicas sino en estas consecuencias sobre la salud de los españoles, que pueden tener efectos muy negativos y duraderos para amplios sectores poblacionales. La crisis puede superarse, basándose en macrocifras económicas, pero los ciudadanos habrán perdido derechos fundamentales, los trabajos serán precarios y mal pagados, la explotación laboral y el despido libre serán la regla y además con una población con menos salud.
Este análisis nos lleva a defender de forma rotunda al sector público de servicios fundamentales: sanitarios, educativos y de protección social. Sólo con un sector público potente, de calidad, universal, gratuito y equitativo, se puede paliar los efectos sociales de esta crisis financiera que la han reconvertido en una oportunidad para acabar con el sector público y privatizarlo. Además de que estos servicios públicos aseguran derechos humanos elementales sirven para incentivar la economía: si la población tiene asegurado estos niveles de protección social puede disponer de mayores recursos económicos para algún tipo de consumo necesario y responsable.
Tenemos que conseguir movilizar a la ciudadanía y transmitirles estos mensajes para que no permitamos de forma complaciente y pasiva cómo desmantelan el sector público y cómo acaban con derechos humanos, sociales y laborales que han supuesto una larga lucha durante siglos.
Éste es el sentido de la campaña Cádiz Empleo Ya, y por eso la ADSP la apoya de forma rotunda.
Antonio Vergara de Campos – ADSP Cádiz