Crónica de Jorge Luis Alonso. Bouker el Khamlichi recibe el Premio Derechos Humanos de 2015 de la APDHA-Cádiz en un emotivo acto en el salón de plenos del Ayuntamiento
Inició el acto, celebrado en el salón de plenos del Ayuntamiento de Cádiz, el primer teniente de alcalde, Martín Vila, que incidió en que las vulneraciones de Derechos Humanos se vienen agudizando desde el inicio de la crisis económica, traspasándose “líneas rojas” como la sanidad, la educación o derecho al asilo. Vila, además, se refirió al “honor” que supone para el Ayuntamiento acoger el homenaje a Khamlichi en “la casa de todos los gaditanos y gaditanas”.
Tras él, tomó la palabra el delegado de la APDHA – Cádiz, Diego Boza, que puso de manifiesto la necesidad de luchar por el respeto a la dignidad humana en “uno de los peores momentos para los Derechos Humanos”. Recortes de libertades en pos de una supuesta seguridad, represión, el trato inhumano y rechazo a migrantes y refugiados, etc. hacen más necesario que nunca reclamar el debido cumplimiento de los principios de la Declaración Universal, porque, tal y como recordó Boza, días como el de hoy no son sólo sirven para conmemorar, sino también de reivindicación, de exigir y “rebelarse contra los recortes, la represión, y las vulneraciones y ataques a los Derechos Humanos”.
Siguió la lectura solemne de los 30 artículos que componen la Declaración por representantes de la sociedad civil gaditana y el propio homenajeado, Khamlichi, que comenzó con la lectura del artículo primero: “Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros”.
Una vez leída la Declaración, Rafael Lara tomó la palabra para presentar al homenajeado. Boucker Khamlichi ha dedicado toda su vida en la lucha por la democracia y los Derechos Humanos, participando en organizaciones y sindicatos en Marruecos, un país nada propicio para la protesta. De hecho, sus actos le llevaron a ser encarcelado por motivos políticos entre 1985 y 1991, hecho que le provocó alguna secuela física, pero no en su espíritu. “Nunca pudieron tumbarlo” sentenció Lara.
Khamlichi ha formado parte en numerosos colectivos y programas para el desarrollo democrático en Marruecos y la solidaridad, como por ejemplo, la Red Dos Orillas, que propició encuentros a ambos lados del estrecho. Asimismo, el activista marroquí siempre ha estado del lado de los derechos de las personas de origen subsahariano en Marruecos, así como de las mujeres, colectivo tremendamente marginado en el estado norteafricano, especialmente las trabajadoras del sector textil. Incluso tiene actualmente abiertos dos procesos por parte del país marroquí.
Una vez entregado el premio, Khamlichi agradeció el gesto con unas palabras en las que resaltó el valor de la amistad, pues “esa es la riqueza de uno en su vida”, ya que en estos tiempos duros y de recortes, “la riqueza humana que ganamos con las amigas y amigos nunca la perdemos, y es lo que he ganado”.