Un articulo de nuestro amigo Antonio Vergara, de la ADSP, que nos ha enviado tras su publicación inicial en Diario de Cádiz.
Existe un concepto sanitario de epidemia como “enfermedad que ataca a un gran número de personas o de animales en un mismo lugar y durante un mismo período de tiempo” (epidemia de gripe; epidemia de meningitis). Es decir, efecto nocivo, no hay epidemias médicas de un germen que nos favorezca. Pero existe otro concepto social de epidemia: Daño o desgracia que afecta a gran parte de una población y que causa un perjuicio grave («hay que combatir la epidemia de la droga»). Otra vez terrible en sus consecuencias. Por eso cuando hablamos de epidemias la reacción inmediata es de alarma. No hay epidemias benignas, por eso las denominamos plagas.


El hospital Puerta del mar es uno de los que cierra camas y recorta personal, como han denunciado los sindicatos
Pues bien, en la administración pública en general y en la sanitaria en particular, hay una epidemia o plaga permanente: tomar decisiones absolutamente inconcebibles, en contra de cualquier concepto de gestión eficiente, pero que conllevan un ahorro económico miserable, pero cierto. Un síntoma de la “epidemia en el sector sanitario” son el cierre programado de camas hospitalarias y otros recursos diversos, en períodos vacacionales (no sólo verano), dando igual que el hospital esté en zona costera con un aumento exponencial de la población o en el interior con un descenso. ¿Por qué cierran esas camas? Pues muy fácil, así nos ahorramos las contrataciones de las sustituciones de todo el personal sanitario en sus períodos vacacionales. Durante algún tiempo nos querían engañar (nunca lo consiguieron) diciendo que el cierre era para hacer obras de mejora (qué disparate¡¡¡¡¡) pero ahora se cierran sin argumentario: “es que ha llegado el verano….» y se cierran las camas, las urgencias extrahospitalarias, los centros de salud por las tardes, los centros de especialidades, etc.
Hay pequeñas cuestiones que no están debidamente explicadas: las enfermedades no tienen vacaciones, la gestión es adecuar los recursos a las necesidades (si aumenta la población deben aumentar los recursos, oh!!!!!!), los servicios públicos no son gastos sino derechos elementales consumados. No queremos apoyar que el gasto público no tenga controles pero hablamos de eficiencia en los servicios y no de ahorro en los gastos.
Este cierre de las camas, como buena epidemia ocurre en toda España, por eso reflexionamos de cómo se extienden los gérmenes nocivos y los daños de nuestros administradores, siempre en la dirección equivocada.
La Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública (FADSP) destacó este lunes que “el deterioro del sistema sanitario se refleja en la opinión de la ciudadanía”, en referencia a la última encuesta del CIS que muestra que la mayoría de la población (51,9%) opina que el sistema sanitario público en España funciona “poco o nada bien”. En este sentido, la FADSP destacó que “el 64% de los encuestados piensa que se dedican pocos recursos a la asistencia sanitaria y ese es uno de los motivos de esta situación”.
Por todo ello, debemos reaccionar. No nos podemos conformar. Están desmantelando el sector sanitario público. Esta reacción debe venir de las las plataformas ciudadanas (las mareas blancas tienen un mérito que alguien reconocerá alguna vez) y de los partidos políticos. Tenemos que exigir que nos aclaren con decisiones cómo van a gestionar el sector público. Los gestores del sector público no pueden ser unos “enamorados” del sector privado, cuando no están directamente comprometidos con él, antes, durante y después del desempeño de sus cargos. Y tú, ciudadano amigo, valora mucho con tu voto a quién apoyas porque te va mucho en la decisión.