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OPINIÓN | affirmati incumbit probatio

Estamos asistiendo, una vez más, a la penalización gratuita del movimiento de las mujeres, y estamos hartas de afirmaciones como éstas, zafias, vacías de sentido y cargadas de odio hacia el movimiento feminista

 

9 de abril de 2020. España. El Ministerio de Sanidad informa hoy del nuevo balance del coronavirus: 152.446 personas contagiadas desde el inicio del cómputo, 15.328 personas fallecidas. Por su parte, el Diario de Cádiz, lleva en su portada este titular: La jornada del 8-M. Un mes del domingo de manifestaciones que desató el virus en España. Ya en su interior, el desarrollo de tal categórica afirmación se contiene en su página 19.

Artículo en el Diario de Cádiz publicado e la edición de papel el día 9 de abril de 2020.

El Diario de Cádiz, al igual que otros medios de información (o desinformación) de este país, comentaristas, tertulianos y demás, afirma cuál es la causa de la pandemia que recorre España: las manifestaciones del 8M. No obstante, para realizar tal atribución de responsabilidad no se nos ofrece dato objetivo alguno. Nadie, ningún medio, ningún partido político, ninguno de los defensores de dicha teoría, han esgrimido hasta ahora en qué fundamentan dicha acusación. Y sí, es una acusación. Es una acusación contra un amplio sector de la ciudadanía, un sector formado ampliamente por mujeres y, para desgracia de quienes defienden esta inculpación, por hombres, por no pocos hombres. Quienes sostienen esta teoría se ven eximidos de cumplir uno de los principios básicos de nuestro ordenamiento jurídico procesal, ese que dice affirmati incumbit probatio”, algo así, como que a quien afirma, incumbe la prueba. Y ello porque las acusadas somos nosotras, las mujeres, las mujeres feministas para más concreción, aquéllas que fuimos a las calles el pasado 8 de marzo a reivindicar la vigencia de los derechos que nos asisten, a proclamar nuestra lucha diaria por los derechos sociales, a compartir nuestra alegría por estar unidas en este camino. Si quienes hemos desatado esta terrible enfermedad en nuestro país, que tantas y tantas vidas ha segado, que tanta dolor ha generado y generará, somos las mujeres, no hay nada que probar. Y es que nosotras somas las culpables desde hace siglos, desde el inicio de esto que llamamos mundo. Somos culpables reincidentes. Y ahí, nada hay que demostrar. Si ya se sabe que las mujeres somos capaces de todas las desdichas, para qué tomar molestias en ni siquiera inventarse algún motivo para la acusación del 2020.

Estamos asistiendo, una vez más, a la penalización gratuita del movimiento de las mujeres, y estamos hartas de afirmaciones como éstas, zafias, vacías de sentido y cargadas de odio hacia el movimiento feminista. Pero seguiremos ahí, en el camino, día a día, mano con mano, defendiendo la idea de un mundo igualitario, justo con las personas débiles, con los sectores desfavorecidos. Y ello a pesar de que existan voceros del poder que, en busca de una realidad gris y excluyente de un amplio sector de la sociedad, quieran hacernos culpables de todas las plagas de la humanidad.


Cristina Couce. Grupo de Puerto Real.

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