Aunque podríamos pensar que el feminismo siempre es inclusivo, a veces no lo es. Hay movimientos, que excluyen personas trans* y no solo eso: Es triste que algunas voces del movimiento feminista fomenta el discurso de (¡) odio (!) contra personas trans*. No los nombraré aquí porque no quiero prestar más atención a ellas.
En un movimiento como el feminista donde la inclusión parecería tan crucial para sus diversos proyectos, el feminismo ha fallado repetidamente en el pasado y como se ha explicado antes, todavía no reconoce las complejidades y diversidades matizadas de las experiencias vividas por las mujeres, incluidas las personas trans*. Es peligroso si la cuestión de ser una mujer se reduce solo a los atributos físicos. En este espacio intento explicar porqué el movimiento feminista debe ser trans* inclusivo.
¿Por qué es vital?
A nivel mundial, la comunidad trans* sigue siendo una de las más marginadas y con mayor riesgo de violencia. Sin embargo, las mujeres trans* son doblemente castigadas, una vez por atreverse a sobrepasar los límites del género binario y dos veces por asociarse con la feminidad. En este mundo la feminidad se sigue devaluando todo el tiempo. Así que las mujeres trans* no solo soportan el cissexismo, la idea de que las identidades trans* son menos legítimas que sus contrapartes cis (personas, que no son trans*), sino también una gran cantidad de transmisoginia. Las mujeres trans*, al igual que las mujeres cis, son demonizadas o demasiado sexualizadas en las representaciones de los medios de comunicación y también son víctimas de violencia y violación perpetradas por hombres cis.
En consecuencia debemos ser trans*inclusivos en nuestros esfuerzos para asegurar que a cada ser humano se le respete y se aplique la justicia cuando se vulneren sus derechos. En lugar de estigmatizar a un grupo que ya está marginado, debemos esforzarnos por garantizar que se respeten los derechos de todas las mujeres, independientemente de si esas mujeres se ajustan a ciertos criterios corporales. Las preguntas no deben ser filosóficas sobre quién es una mujer y quién no lo es. Si miras los datos de “Trans Murder Monitoring”: las mujeres trans* están muriendo porque son asesinadas y esto no es una pregunta filosófica.
Cuando las feministas hieren la comunidad trans*, no solo las lastiman (si eso no fuera suficiente) sino que también destruyen la idea del feminismo.
Porque, ¿Qué signfica la idea del feminismo?
Como Patricia Simón dice en su artículo “Hermanas trans gracias por hacerme mejor feminista”, ”Feminismo es la radical defensa de la igualdad de derechos humanos. Feminismo es elegir estar del lado y al servicio de la lucha de la más apaleadas, discriminadas, violadas, asesinadas y ninguneadas por el patriarcado, el capitalismo, el clasismo y el racismo. Porque esos son nuestros enemigos como feministas.”
Ser trans* no es una moda. No es una decisión que alguien elija. Es una realidad, una existencia. Y una persona no puede negar la existencia. Las personas trans* no son el problema, son las más vulnerables victimas de la violencia estructural. Los problemas son, cómo ya se mecionó; el patriarcado, el capitalismo, el clasismo, el racismo. ¿Qué tal si lo enfocamos, en lugar de ir a por los marginados? La exclusión es fácil si se saca de una posición privilegiada.
Los temas trans* son temas feministas, y si queremos construir un movimiento feminista interseccional y efectivo, es imperativo que trabajemos para hacer que el feminismo sea trans*-inclusivo. Tenemos que darnos cuenta de que existen diferentes realidades de ser mujer y que están vinculadas a categorías como perfil étnico, clase, edad, diversidad funcional y que resultan en diferentes experiencias discriminatorias. Por eso el movimiento feminista debe ser intersecional, o no es feminista.
Porque:
El futuro es interseccional.
The Future is intersectional.
Die Zukunft ist intersektional.
Por Alexandra Mittermüller, antropóloga cultural y social. Research Fellow en APDHA Cádiz.