Ana Castaño y Rocío Francés, miembros de la APDHA
Hablamos con Pepa, madre de la Asamblea de Familiares y Amigos de Personas Presas de la APDHA desde sus inicios, en el año 2000. Desde entonces ha compartido con nosotros sus vivencias como madre de un enfermo mental que ha pasado sus últimos treinta años entrando y saliendo de prisión por delitos no graves. Durante este tiempo se ha visto obligada, en situaciones límite, a denunciar a su propio hijo como única forma de defenderse ante situaciones extremas de riesgo para su seguridad y su vida.
Pero, a pesar de ello, «yo me tomo una sopita y hasta mañana», con tal de pagar el viaje a la cárcel para ver a su Paco. Porque tener, tiene poco. Y es que la vida no le ha regalado nada, salvo disgustos. En el Día Mundial de la Salud Mental, hablamos de la experiencia de su hijo, que desgraciadamente no es un caso único -en Andalucía el 40% de la población penitenciaria padece trastornos mentales y de la personalidad y el 8% alguna enfermedad mental grave- y de cómo lo ha vivido ella como madre.
No es que todo lo que cuenta responda con escrupulosa fidelidad a los acontecimientos, pero su voz es honesta. Pepa es una protagonista involuntaria del sistema penitenciario y una madre coraje que, con poquitas herramientas y un corazón inquebrantable, rescata la verdad que se oculta tras una burocracia que ni ella, ni otros muchos, entendemos.
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