Jesús Roiz Corcuera, miembro del Àrea de Inmigración de la APDHA
No es suficiente con que los responsables del control de la frontera cumplan la ley. No es suficiente con que los transgresores sean sancionados. La vida y la dignidad de las personas migrantes exigen un trato de Justicia que debe estar mas allá de las formalidades legales. El blindaje de fronteras a las personas migrantes cuando dinero y mercancías tienen reconocida una total o casi total libertad de movimientos, no es solo un agravio comparativo sino una grave injusticia.
Cuando una persona, en su largo y penoso itinerario migratorio, llama a las puertas de España o Europa y desde esta parte se le contesta con alambradas coronadas de concertinas, barreras policiales, mafias explotadoras y un mar convertido en foso de muerte, cuando se contesta con rechazo y expulsión, se comete una grave injusticia contra ella.
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