Inmigrantes y refugiados, not in your backyard
Después del importante movimiento de protesta por las desapariciones en el Mediterráneo, se hubiera podido esperar de la Comisión que mostrara más audacia que el Consejo de la Unión y el Consejo europeo. De hecho, la declaración del presidente Jean-Claude Juncker ante el Parlamento, el 29 de abril, parecía reflejar una voluntad de ruptura con el discurso lamentable pronunciado desde la tragedia de Lampedusa en octubre de 2013, para emprender una reforma radical de la política europea en materia de inmigración.
La AEDH observa que, finalmente, la mayor parte de la nueva “agenda europea en materia de inmigración” de la Comisión se estructura en torno a un tríptico sobradamente conocido: lucha contra la inmigración irregular / seguridad de las fronteras y externalización de su protección a algunos terceros países / pequeña liberalización de una inmigración económica selectiva. Paralelamente a este programa desarrollado supuestamente para “impedir que más personas mueran en el mar” y que pretende basarse sobre “una mejor gestión de las migraciones” en el futuro, las denominadas “nuevas” medidas son pocas y no abren realmente el camino a una política europea innovadora.
FRONTEX más fuerte, ¿pero para quién?
Respecto a las fronteras mediterráneas, se reforzarán los recursos de Frontex financieramente y materialmente, como lo propusieron los Jefes de Estado o de Gobierno y los ministros del Interior. La ampliación del ámbito geográfico de intervención de la Agencia y la triplicación del número de sus operaciones en los siete próximos meses en 2015, no son suficientes para garantizar la seguridad de los cruces marítimos de los inmigrantes, como lo hacía Mare Nostrum y no satisfacen la reciente solicitud del ACNUR de organizar una amplia operación marítima de búsqueda y de rescate de los inmigrantes.
Habida cuenta de los nuevos recursos anunciados, la AEDH manifiesta su sorpresa por el silencio total que rodea EUROSUR, concebido como el “sistema de los sistemas”. En vigor desde hace varios meses, se alaba sus virtudes como especialmente adecuado para “contribuir a asegurar la protección de la vida de los inmigrantes y a salvarles la vida”. Es verdad que el proyecto de “fronteras inteligentes” ocupa a partir de ahora la agenda de la Comisión…
Unos “canales legales de inmigración” insignificantes
Mientras que, desde hace varios meses, las propuestas concretas – y razonables – acuden sobre la apertura de rutas legales para responder a la crisis migratoria, la agenda de la Comisión ni siquiera lo menciona, salvo mediante el proyecto de “visado de itinerancia” – de uso bastante limitado – y la decisión a medio plazo de la movilidad de los inmigrantes economicos.
En este tema se sabe como están de crispadas y conflictivas las posiciones de los Estados miembros. Si los fundamentos jurídicos del paquete inmigración de trabajo se están adoptando, no está claro que su aplicación conciliara el desarrollo europeo y la solicitud de los nacionales de los terceros paises. La legislación europea futura no está diseñada como el instrumento de una instalación en nuestros territorios y todavía falta una garantía de respeto de los derechos economicos y sociales. Además, lo que quiere lograr la Comisión es una inmigración muy selectiva de algunas personas altamente cualificadas. El escaso éxito de la directiva “tarjeta azul” adoptada hace seis años debería haber parado su impulso en este ámbito.
En cuanto a la inmigración familiar, primera fuente de la inmigración europea y que encuentra todavía numerosos obstáculos, solo se menciona por la Comisión como un incentivo vago dirigido a los Estados miembros.
Por el momento, para los exiliados que acechan nuestros mares y nuestras fronteras, para las personas en peligro cotidiano, la Comisión no ve otra forma de afrontar la emergencia que el “reasentamiento” de 20 000 personas al año, respaldado por un presupuesto de 50 millones de euros.
ACNUR presentó discretamente este objetivo a la UE en su búsqueda de plazas para los 3,9 millones de refugiados sirios actualmente acogidos por los terceros países un poco presionados, como Jordania, Liban, o incluso Turquia, Egipto o Iraq. A pesar de los esfuerzos de Alemania y Suecia, a pesar de un programa común de reasentamiento adoptado por el Consejo y el Parlamento en 2012, nunca se logró esta cifra. Sólo representa una gota en el océano en comparación con los dramas que tienen lugar en las orillas del Mediterráneo puesto que, sólo para los sirios, la Agencia de la ONU calcula las necesidades urgentes a más de 380.000 plazas.
Recordemos que, para la UE, primera potencia económica mundial, 20.000 reasentamientos representan menos de 4 refugiados para 100 000 habitantes.
Unas “cuotas” para responder a la emergencia
Se puede pensar que es la perspectiva de, ni siquiera poder cumplir este objetivo, lo que estimuló la aparición de lo que aparece públicamente como la idea central de la agenda de la Comisión : el uso de los “cuotas” de reparto entre los Estados miembros. Este sistema sería utilizado tanto para el reasentamiento de los refugiados como para la reubicación de los que ya están en el territorio europeo.
La “reubicación” poco utilizada hasta ahora por los Estados miembros a pesar de unos incentivos financieros, tiene como objetivo aliviar la carga de los países que están en las “primeras líneas” para acoger a los inmigrantes, trasladando las personas afectadas hacia otros Estados miembros. La Comisión propone aumentar este tipo de operaciones para fines de mayo, usando para ello el “mecanismo de respuesta de emergencia” previsto por el artículo 78.3 del TFUE.
Implícitamente, la Comisión reconoce así los errores del pasado y especialmente la iniquidad y la ineficacia del reglamento de Dublín 3. En cuanto al “mecanismo de alerta rápida, de preparación y de gestión de crisis” – previsto por el artículo 33 -, permitió dar una prueba de la inutilidad previsible de esta fábrica de gas tecnocrática.
Más allá, la AEDH y sus asociaciones miembros estarán especialmente atentas a las condiciones en las que esta “reubicación” se desarrollará. La Comisión específica, en particular, que las personas afectadas serán solicitantes de asilo cuya necesidad de protección se haya estimada, según un procedimiento llevado a cabo rápidamente por el Estado miembro de acogida y con el apoyo de la Oficina europea de apoyo en materia de asilo. El hecho de que, en el mismo tiempo, la directiva “procedimientos” se adaptará para acelerar el trato de los solicitantes procedentes de países de origen seguros hace temer una prisa incompatible con el ejercicio del derecho de asilo.
Siempre será insuficiente repetir que si sin ninguna duda existe emergencia para el Estado de acogida, nada podría justificar un procedimiento de examen expeditivo, sobre la base de criterios pre-establecidos. Toda solicitud de asilo debe conducir a un examen individual y completo que respete las normas de derecho definidas en las directivas aprobadas recientemente por las instancias europeas y que se estan transponiendo en los Estados miembros.
La AEDH quiere insistir firmemente sobre el hecho de que el respeto de los derechos de los exiliados debe tener prioridad sobre el bienestar de los Estados miembros. A falta de garantías absolutas sobre la equidad de procedimientos usados sin tener en cuenta el país de acogida, nuestra asociación vuelve a solicitar que la directiva de 2001 sobre la protección temporal sea por fin activada para permitir a los inmigrantes de presentar y defender su solicitud de asilo de manera no expeditiva, una vez que se obtiene el título de estancia ad hoc.
Una solidaridad europea que todavía está por construir
A falta de una expresión común y voluntarista por parte de los Estados miembros, la “solidaridad compartida”, apreciada por el presidente Juncker – y por lo demás que constituye la base de la construcción europea -, debería estar dictada por dichos cuotas. Con la condición que los Estados miembros los aceptan, algo que no podemos, ni mucho menos, dar por descontado.
Porque nadie ignora que la Comisión no tiene realmente un poder de coacción para las aplicaciones por los Estados miembros. Se puede temer que los que tienen una cláusula de exención sobre las legislaciones asilo y inmigración (Reino-Unido, Irlanda, Dinamarca) se mantengan y que, para la gran mayoría de los demás, las reuniones del Consejo siguen siendo una ocasión para ellos de expresar posiciones arraigadas contra la agresión que supondría tal medida, para ellos, para su soberanía nacional…
Para la AEDH, todo proceso que permitiera salir los exiliados del infierno de Dublín 3, incluso con la atribución de cuotas a los Estados miembros protegidos en las fronteras externas, solo puede ser aprobado. Es otra razón para lamentar que la única “innovación” verdadera del plan de la Comisión solo resulte precaria y que su aplicación sea aleatoria. Sin embargo, nuestra asociación espera que el reconocimiento del fracaso permitirá incitar las instituciones europeas a suprimir, por fin y definitivamente, el Reglamento Dublín de la legislación europea sobre el asilo.
La externalización, deshonor asumido de la UE
Finalmente, si las propuestas de la Comisión se acabaran aquí, la AEDH hubiera podido, burlándose amargamente, constatar que todo eso ha constituido más ruido para menos progresos que decepciones y que es difícil ver cómo la UE espera dar una esperanza a decenas de miles de personas que intentan alcanzar unas costas que esperan ser hospitalarias.
Pero en realidad los puntos mencionados más arriba solo representan medidas de acompañamiento de una política cuyo único objetivo es de retener a los inmigrantes fuera de las fronteras de la UE y aumentar sus deportaciones hacia los terceros paises.
Usando el eufemismo de “dialogar sobre las migraciones y la movilidad”, la Comisión quiere de hecho desarrollar por una parte los Programas regionales de desarrollo y de protección (PRDP) en África septentrional y en el Cuerno de África, y desplegar por otra parte un mayor número de oficiales de enlace en los países afectados y aportarles el apoyo de Frontex para garantizar un mayor control de los flujos migratorios.
Es verdad que la retórica según la cual se podría detener la inmigración en seco con una ayuda al desarrollo no es nueva. En otras circunstancias, en otros tiempos, pudo ser una idea de sentido común y numerosas asociaciones humanitarias apoyaron este objetivo. Pero el contexto y las formas desarrollados por la UE desde hace unos años y que estan claramente explicitadas en el plan publicado por la Comisión, sólo representan una externalización de la responsabilidad de la cuestión migratoria y de la gestión de las fronteras europeas hacia unos países pobres.
El objetivo de mantener los inmigrantes fuera de las fronteras europeas se basará en una “cooperación” reforzada con los países de tránsito con Mali o Níger. Proyectos de creación de “centros” estan previstos a la imagen del que estará construido en Níger a finales del año, con el apoyo de la OIM y del ACNUR.
Más grave todavía es el hecho de que, obsesionada, la UE concluye acuerdos con los países de los que los inmigrantes intentan huir porque su vida o su libertad están en peligro. Ese es el caso, por ejemplo, de Eritrea que debería obtener un presupuesto de 312 millones de euros por el 11° Fondo europeo para el desarrollo (FED), mientras que los nacionales de este país – !si consiguen alcanzar la UE! – aparecen en segunda posicion en las nacionalidades a las que los Estados miembros otorgan una protección internacional, justo detrás de los sirios.
Por fin, estos asociados deberán cumplir “la obligación internacional que tienen de repatriar sus nacionales que residen ilegalmente en Europa” y aplicar los acuerdos de readmisión firmados con la UE o sus Estados miembros. Es con esta firmeza, incluso la de los Estados miembros para garantizar una aplicación eficaz de la directiva “retorno” que los inmigrantes dejarán de considerar la posibilidad de alcanzar Europa, estima la Comisión.
En frente a la estupidez criminal y a la pusilanimidad de las instituciones europeas y de los gobernantes de nuestros países, la AEDH llama a los ciudadanos europeos para que se mantengan junto con los inmigrantes que ya no quiere ver más abandonados, aislados, rechazados, clavados en las orillas del Mediterráneo, que hacen frente a Europa y son maltratados si en esta aventura consiguen alcanzar la tierra europea.