La Delegación de Cádiz de la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía, ante las últimas noticias surgidas en relación con los comerciantes chinos establecidos en nuestra zona quiere pedir a los comerciantes españoles y a los medios de comunicación mesura y respeto al afrontar esta cuestión.
Desde hace varios meses la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía está desarrollando una campaña contra los “rumores” que manifiestan o fomentan el racismo y la xenofobia y, en este caso, nos encontramos con un ejemplo paradigmático. Los argumentos esgrimidos son todos referentes a sensaciones, creencias, opiniones, pero que no se sustancian con hechos.
Los únicos hechos ciertos es que los comerciantes chinos tienen las mismas obligaciones fiscales, en materia de higiene y salud, en materias de licencias o en materia laboral que cualquier otro comerciante, tenga la nacionalidad que tenga. Así constan en los distintos informes, siendo absolutamente falso ese rumor que se alimenta de que los ciudadanos chinos no pagan impuestos, como ha confirmado, reiteradamente, el Sindicato de Trabajadores del Ministerio de Hacienda. Creemos además que de ser así es obligación del Ayuntamiento de Cádiz el afirmarlo públicamente, para acabar con esos “rumores” infundados. Del mismo modo que debiera desmentir esas situaciones la Junta de Andalucía o, si fueran ciertas, actuar en consecuencia.
Compartimos en que si son necesarios, como manifiestan los comerciantes de Cádiz, más controles en materia de urbanismo, de salud e higiene o laborales, se deben realizar en general, sin diferenciaciones raciales. Y si es posible también en base a denuncias contrastadas y no a “rumores” poco fundamentados. Eso redundará sin duda en favor de los consumidores y los derechos de los trabajadores (que en no pocos casos trabajan en condiciones más que precarias), algo que la ADPHA considera muy importante.
El resto son apreciaciones subjetivas de una casuística casi inabarcable y que muestran que existe desgraciadamente un gran desconocimiento de la comunidad china y ya sabemos, que del desconocimiento del vecino surge con facilidad el rechazo.
Cádiz, 7 de marzo 2012