La APDHA reitera su condena a las dictaduras de los países árabes. Mostramos nuestra repulsa por la sangrienta represión de las revueltas actuales, que en el caso de Libia han tomado el trágico camino de una guerra civil, y también condenamos las numerosas violaciones de derechos humanos de estas dictaduras. Asimismo manifestamos nuestra repulsa más contundente a la intervención saudí en Bahréin que se está produciendo en estos momentos.
Mientras parecían ser gobiernos estables y colaboradores de las políticas de las principales potencias, la Unión Europea y la llamada Comunidad Internacional les proporcionaban de forma vergonzosa todo tipo de armamento. Entre otras razones para garantizar el control de crudo y para forzar, como en el caso de Libia, su conversión en uno de los gendarmes de las políticas de externalización de la inmigración y del asilo de la Unión Europea. Un armamento que ahora se está usando contra el propio pueblo libio.
Pese a ello, no estamos a favor de una nueva ocupación militar, sea de la nacionalidad que sea, en otro país árabe rico en petróleo y gas. La explotación de sus recursos energéticos y el modelo insostenible de consumo de Occidente no pueden ampararse en la barbarie. En este sentido reclamamos a los países europeos que no apoyen el uso de la fuerza en este país, (defendidos con el hipócrita eufemismo «de ataques aéreos selectivos»), ya que supondría una escalada militar, el apoyo militar tácito de fuerzas extranjeras a los grupos combatientes y un factor de radicalización del conflicto.
La Unión Europea ha vuelto a demostrar su inoperatividad, parálisis y doble moral. Sus gobernantes han vuelto a traicionar la defensa de los pilares democráticos más elementales que animaron la construcción europea. El conflicto libio, y las revueltas de Túnez y Egipto, principalmente, han desnudado de forma vergonzosa la fachada europea, cómplice hasta el último minuto de graves violaciones de los derechos humanos en los países árabes. Los gendarmes norteafricanos de Europa se fugan abrumados por sus pueblos o prometen morir matando y Europa, tarde y mal, no sale de su asombro. La Unión se limita a emitir ambiguas y escuetas declaraciones y estudiar posibles acciones militares encabezadas por Estados Unidos en pleno Mediterráneo.
- Proporcionar aviones para permitir la repatriación no sólo de los nacionales de los países europeos, sino de todos aquellos que pueden y quieren regresar a su país, como los egipcios que se encuentran actualmente en Túnez;
- Permitir la evacuación por aire o por mar, a partir del territorio libio que ya no está en manos de Gadafi, de los extranjeros bloqueados en Libia, cuyos gobiernos son incapaces de evacuar;
- Prever la acogida, en territorio europeo, de los refugiados que no pueden regresar a su país;
- Poner en práctica sin demora el dispositivo que permita conceder la protección temporal a todos los que, en la situación de emergencia en que nos encontramos, puedan legítimamente ser acreedores de la misma;
- Detener las patrullas de Frontex que impiden la llegada de refugiados por mar.
Del mismo modo llamamos a la sociedad civil a aumentar la movilización y la solidaridad con las revueltas árabes de la dignidad que se extienden desde el Golfo al Magreb y el apoyo a su lucha por la libertad, la democracia y los derechos humanos.
Andalucía, 15 de marzo de 2011