DIA INTERNACIONAL CONTRA EL RACISMO 2006
El próximo día 21 de marzo se celebra el Día Internacional contra el Racismo. Si bien la lucha contra las actitudes xenófobas y racistas debe ser permanente y transversal, la Federación Andalucía Acoge y la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía queremos aprovechar la celebración de este día para hacer una reflexión pública sobre este tema.
Queremos manifestar en primer lugar nuestra preocupación por la continuidad en la existencia sostenida tal que demuestran las encuestas de numerosas actitudes de recelo y de rechazo hacia las personas inmigrantes o simplemente diferentes. Es de destacar, por ejemplo que a más del 40% de los españoles les molestaría «mucho o bastante» tener como vecinos a gitanos, según el Barómetro del CIS. Esto demuestra, según la Fundación Secretariado Gitano que la comunidad gitana continúa siendo el grupo social mas rechazado.
También son muchas las personas que consideran que hay demasiados inmigrantes, según esa misma encuesta, mientras que otras muchas demuestran que las actitudes racistas siguen teniendo desgraciadamente una amplia base social. Ejemplos de ello son las situaciones que se vienen reiterando en los campos de fútbol, o la concesión de un premio a una chirigota ceutí con canciones abiertamente racistas. Estas actitudes están alimentadas por el desconocimiento, la desconfianza y el miedo e inseguridad ante el futuro que impera en nuestras sociedades.
En esas actitudes hay muchos estereotipos y prejuicios que no favorecen la convivencia y que carcomen las relaciones sociales. Del mismo modo que tampoco la favorecen las preocupantes tendencias que se observan a culpar a los inmigrantes de problemas sociales como la precarización en el trabajo, la delincuencia e inseguridad.
Pero el racismo es alimentado en muchas ocasiones también por actuaciones, políticas o declaraciones producidas desde determinadas instituciones, medios de comunicación o partidos políticos, a los que pedimos una especial prudencia y responsabilidad. Por su cercanía no podemos sino manifestar nuestra indignación ante las declaraciones del Presidente del Consejo General del Poder Judicial planteando un recorte de derechos para las personas inmigrantes.
En un día como este, no podemos dejar de recordar a las personas que han perdido su vida en el intento de emigrar hacia nuestro país. Es más que seguro que en torno a 700 personas perdieron la vida en ese intento durante el año 2005. La Cruz Roja acaba de informar que pueden ser mil las personas que perdieron la vida en la ruta entre Mauritania y Canarias en los últimos cuatro meses.
Por desgracia las políticas que se realizan para el control de la inmigración irregular desde el Gobierno Español y desde al Unión Europea son también correpsosables en este drama. África está excluida de cualquier proyecto migratorio serio hacia Europa, lo que convierte a nuestra frontera sur en una auténtica tumba, en una frontera de muerte.
La política de convertir a los países del Norte de África como Libia, Marruecos o Mauritania, en gendarmes fronterizos de la UE no sólo provoca graves violaciones de derechos humanos, como sigue ocurriendo en estos momentos, sino que no resulta a la postre ninguna solución, como demuestran los sucesos de Ceuta y Melilla el pasado otoño o el desvío de las rutas migratoria a Mauritania.
En el día contra el racismo es preciso hablar también de integración. Si no hay integración e inclusión social, si hay políticas y leyes que las impiden o no las favorecen, habrá siempre racismo.
Por eso donde hay más inmigrantes, pero donde hay también más exclusión, marginación y pobreza entre ellos, es donde más fácilmente salta el racismo presentando a veces su cara mas violenta y terrible.
Para Andalucía Acoge y APDHA la integración pasa ineludiblemente por el reconocimiento de los derechos, los mismos derechos que el resto de la sociedad, es decir el derecho a la ciudadanía. Sin estar en pie de igualdad que los demás ciudadanos por el hecho de ser de otra raza o tener otro origen, es imposible que se produzca la integración, que en primer lugar es el acceso a las prestaciones sociales, el derecho al trabajo, a la enseñanza y a la sanidad, a vivir en familia. Y lógicamente también los derechos políticos y civiles como el derecho al voto.
Tras lo sucedido en Francia ha quedado meridianamente claro que la persistencia de la exclusión asociada al origen étnico es uno de los problemas mas graves que estamos obligados a resolver. En lo referente a España, como ha señalado la Comisión Europea contra el Racismo y la Intolerancia (ECRI), la discriminación racial sigue afectando en muchos ámbitos, como el empleo, la vivienda y el acceso a los lugares públicos, afectando de forma notable a la vida cotidiana de los grupos étnicos minoritarios.
En este sentido, pese al proceso de «normalización» realizado el año pasado, es especialmente preocupante la situación de cientos de miles de personas que continúan en situación irregular, condenadas a sobrevivir en la economía sumergida y con graves problemas de pura supervivencia, amén de tener que vivir permanentemente con el miedo a la detención policial y consiguiente expulsión.
Pero la precarización y la fragilidad sociolaboral alcanzan al conjunto de inmigrantes extracomunitarios, aun cuando hayan conseguido su situación regular. La precarización es general en el mercado de trabajo, y afecta a buena parte de los trabajadores pero a los inmigrantes , se le suma la inseguridad y la carrera de obstáculos que supone la obtención y la renovación de los permisos de trabajo.
La igualdad de derechos no es posible con las actuales normativas de extranjería, y ello no puede sino fomentar las actitudes de racismo y de xenofobia.
Por ello no resulta sorprendente la práctica habitual de la policía de establecer perfiles étnicos, con lo que se producen frecuentes abusos policiales sobre los inmigrantes, con vulneración de sus derechos elementales, lo cual también ha sido destacado por la ECRI en su informe.
Consideramos asimismo que esa integración social que defendemos, para que sea plenamente satisfactoria, sólo puede producirse además, desde la base del respeto y de la convivencia intercultural.
El racismo y las políticas institucionales provocan pues enormes sufrimientos a las personas que lo padecen: rechazo, exclusión, imposibilidad de integrarse en la sociedad receptora, marginación social.
Pero el racismo también provoca la degradación de la sociedad que lo practica o lo tolera. Por ello la Federación Andalucía Acoge y la Asociación pro Derechos Humanos de Andalucía quieren hacer un llamamiento conjunto para la lucha social e institucional contra el racismo, al tiempo que exigimos los cambios normativos y políticos necesarios que permitan la integración y la igualdad de derechos.