NO AL ASEDIO A GAZA POR ISRAEL

Desde el 17 de enero, hasta la fecha, asistimos aterrados al asedio impuesto por Israel a la población de Gaza.

Esta situación, que supone el cierre total de todos los pasos fronterizos, impide la entrada de los productos más elementales para la vida como son medicamentos, combustible y alimentos imprescindibles para una población que supone alrededor de un millón y medio de habitantes y que vive hacinada, la mayoría en campos de refugiados, con una densidad de población de las mayores del mundo.

La política de destrucción llevada a cabo por el ejército israelí en Gaza ha supuesto, para el pueblo palestino, el deterioro de su nivel de vida hasta el punto de que hoy día la mayoría de los habitantes no pueden vivir sin la ayuda internacional. Según la FAO, el pasado mes de junio, el 70% de la población de Gaza era incapaz de cubrir, por si mismos, sus necesidades diarias de alimentos sin ayuda exterior. La destrucción de sus medios de vida, sus casas y los ataques militares indiscriminados, donde la población civil es la primera víctima, coloca a los habitantes de este territorio en la lista de los más pobres del mundo.

A esto se le suma el bloqueo económico de la comunidad internacional, entre ellos la Unión Europea, desde que Hamas, hace dos años, llegara al poder en unas elecciones libres y vigiladas por todo el mundo, como en una especie de confabulación contra la población civil en forma de castigo colectivo y presión por haber votado a un partido político inscrito como grupo terrorista en las listas de Occidente. Este bloqueo económico ha contribuido de manera decisiva al deterioro de la ya precaria y vulnerable situación.

La frase que más se oye por estos días es que Gaza se ha convertido en la mayor cárcel del mundo a cielo abierto, donde el ejército israelí ataca, a su antojo, produciendo innumerables bajas entre la población pero consideradas, estas, como daños colaterales en la lucha contra el terrorismo.

Las acciones de Israel contra Gaza violan todas las leyes del derecho Internacional que protegen a la población civil, como lo ha denunciado, por estos días, el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas. El asedio, impuesto a una población que durante años ha sufrido toda clase de tropelías por parte de los israelíes, ha dejado la vida de los palestinos al borde del colapso, tal como lo denuncian las agencias humanitarias de NNUU: a día de hoy la escasez de agua potable, energía y alimentos amenaza con paralizar todas las infraestructuras que penden de un hilo por falta de los productos más elementales. Y todo, con el único objetivo de hacer claudicar a sus ciudadanos.
Todo ello se lleva a cabo con el apoyo moral y económico de EEUU y con la complicidad y el silencio del resto del mundo, entre ellos, la Unión Europea, en un momento donde toda la comunidad internacional animaban a los palestinos a participar en la Conferencia de Paz de Anápolis y así poder encontrar una solución pacífica. El alto grado de cinismo de las autoridades mundiales lleva a apoyar conferencias de paz, al mismo tiempo que se mata de hambre a la población.
Cómo explicar a las nuevas generaciones que los conflictos deben solucionarse de forma pacífica cuando nuestros gobiernos apoyan y silencian un asedio que deja a los niños y niñas palestinos sin agua potable, sin luz, sin medicamentos y sin comida.

Si luchar contra el terrorismo es asediar a una población civil, no se hará en nuestro nombre.
Por todo ello exigimos:

· El cese inmediato del asedio al que Israel tiene sometido a la población de Gaza en forma de castigo colectivo
· Una postura de la Unión Europea independiente de EEUU y de Israel.
· La revisión y paralización de los acuerdos económicos con Israel hasta que no cumpla con el respeto a los derechos humanos de la población Palestina.
· Cumplimiento de la legalidad internacional y de todas las resoluciones de NNUU para los palestinos.
Huelva, Febrero 2008

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