Tres incendios en poco más de un año, volvemos a repetir ¿para cuándo las soluciones? Sabemos que se puede pero que no se quiere, ¿por qué? Si queremos sentirnos orgullosos/as de nuestro campo, de nuestros productos, debemos velar por el bienestar, por unas condiciones de vida mínimas, para las personas que trabajan en ello.
Con este nuevo incendio, las administraciones, con la colaboración del tejido asociativo, lograrán, quizás, buenos resultados, pero ¿qué ocurrirá con el resto de personas asentadas? ¿Y con las personas que vengan para trabajar en la campaña agrícola 2016? Basta ya de colocar parches de emergencia que ponen de manifiesto la falta de infraestructuras y de atención a las personas migrantes temporeras en los diferentes pueblos freseros.
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