Desde la APDHA y el IDHC mostramos nuestro enérgico rechazo y profunda preocupación por las propuestas que está realizando el Partido Popular así como otros proyectos políticos que promueven el mismo tipo de discurso, en el marco de la campaña electoral de las próximas elecciones autonómicas catalanas. Rechazo porque consideramos que plantean una vulneración de derechos fundamentales de nuestros/as conciudadanos/as de origen inmigrante y preocupación porque alimentan el ya de por sí alarmante brote de xenofobia que crece en la sociedad española en general y catalana en particular en el actual contexto de crisis social y económica.
En las últimas horas la sra. Sánchez Camacho (candidata del PP a la Generalitat de Catalunya) rescata la propuesta de “contrato de integración” que ya presentó su formación política durante las pasadas elecciones generales de 2008, pero ahora añadiendo un nuevo matiz: que la persona extranjera que quiera acceder a un permiso de residencia y trabajo debe comprometerse a regresar su país de origen en caso de estar en situación de desempleo un tiempo determinado. Esto conllevaría que la persona extranjera, tras cotizar a la Seguridad Social como todo/a trabajador/a, se vería privado/a de los derechos de protección social previstos para la caso de desempleo, lo que choca con el principio de igualdad previsto en el art. 14 de la Constitución española, con el principio de no discriminación en las relaciones laborales del art. 17 del Estatuto de los Trabajadores y con el derecho de acceso a la Seguridad Social y a los servicios sociales de los residentes extranjeros en igualdad con los españoles reconocido por el art. 14 de la Ley de Extranjería, por citar tan sólo algunos ejemplos. Y todo lo anterior sin citar la visión exclusivamente economicista y utilitarista que destila la propuesta, que asigna a la persona inmigrante un papel de mera mano de obra al servicio de las necesidades del mercado de trabajo, prescindible sin más miramientos cuando se considera que ya no es útil.
Pero la Sra. Sánchez no se detiene ahí, sino que aboga por que, dentro del reducido número de personas inmigrantes siempre supeditado a la demanda del mercado laboral catalán/español que propone admitir, se debe priorizar a aquellas que provengan de “culturas y con lenguas afines a la catalana y española”. De nuevo desde el PP se hace referencia la existencia de determinadas procedencias culturales con mayor grado de incompatibilidad con la cultura catalana/española, con una alusión implícita a las personas inmigrantes originarias de países mayoritariamente musulmanes. En esta línea, recientemente Sánchez Camacho hizo una sorprendente acusación a los actuales ejecutivos central y catalán de haber fomentando en Cataluña la inmigración proveniente de países musulmanes en detrimento de la castellanohablante para evitar el crecimiento del castellano respecto del catalán en esta CA…
Para afianzar su escalada xenófoba de los últimos días, en el programa “Tengo una pregunta para usted” de TVE la candidata popular respondió a una pregunta de una ciudadana catalana con la siguiente promesa electoral: “el PP revisará la normativa para que no haya ni una ayuda más para un inmigrante que para una persona española…”, alimentando la totalmente falsa y carente de fundamento creencia que lamentablemente se va extendiendo entre las capas sociales de nacionalidad española más afectadas por las crisis de que existe una especie de “preferencia” hacia las personas inmigrantes a la hora de asignar recursos sociales, cuando la realidad es justamente la contraria, que la población de origen inmigrante es la que tiene un mayor nivel de desprotección frente a los efectos de la crisis.
Por todo lo anterior nos vemos obligados a denunciar la utilización en la presente campaña electoral catalana, especialmente desde las filas del Partido Popular, de las personas inmigrantes como “chivo expiatorio” de la dura situación social y económica que está viviendo el general de la población en los últimos tiempos. Estas irresponsables actitudes populistas pueden tener cierto rédito electoral a corto plazo, pero generan un caldo de cultivo de racismo y xenofobia de consecuencias impredecibles. Incluso ya estamos observando señales muy concretas de esos nefastos efectos: aunque referido a Euskadi, nos parece muy ilustrativo el último estudio de la Universidad del País Vasco donde se recoge que el 61,4% de la ciudadanía vasca vincula la inmigración con la inseguridad ciudadana o que el 68,8% considera que se benefician excesivamente de los recursos sociales.
Exigimos de las fuerzas políticas, con mayor incidencia aquellas que tienen un peso significativo en el escenario público catalán y estatal, cordura y responsabilidad durante la presente campaña electoral y en las próximas de ámbito municipal y estatal. Sus imprudencias y excesos xenófobos los podemos pagar caro el conjunto de la sociedad al poner en peligro la convivencia y paz social
Esperamos que el resto de formaciones políticas sean capaces también de denunciar este tipo de discursos xenófobos y se sumen a la defensa de los derechos y libertades de las personas immigrantes, durante y después de la campaña electoral.