Ellxs no son nuestrxs presxs. MACARENA OLID

Maca

Se me viene a la cabeza una de las versiones del famoso poema, que me recordó hace poco un buen amigo: “Ellos vinieron”, por Martin Niemöller

Cuando los nazis vinieron a buscar a los comunistas, guardé silencio,
porque yo no era comunista,
Cuando encarcelaron a los socialdemócratas,
guardé silencio,
porque yo no era socialdemócrata
Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas,
no protesté,
porque yo no era sindicalista,
Cuando vinieron a buscar a los judíos,
no pronuncié palabra,
porque yo no era judío,
Cuando finalmente vinieron a buscarme a mí,
no había nadie más que pudiera protestar.”

Y vinieron, se lxs llevaron y todo el mundo guardó silencio. Nadie se atrevió a abrir la boca, como si eso no hubiese sucedido, como si nadie se conociera de nada, de la nada aparecen y con la nada se van. Sólo queda el vacío, el vacío del resto, de los demás que si están. Ellxs llenan su espacio, de supervivencia que no sabe a derrota, llenan de vida espacios muertos. Mientras, fuera saboreamos la desgana de aquellxs que no se hacen parte.

¿Quiénes están más presxs, nosotrxs o ellxs? Nos relamemos las heridas, como si eso fuera suficiente justificación para no hacer nada, para quedarnos paradxs, impasibles e inmóviles ante el muro que nos mantiene fuera. Entiendo el cansancio, el agotamiento y el peso de seguir luchando contracorriente, pero esta situación desborda el sinsentido.  El silencio hace fuerte al que practica el miedo, para detener, para paralizar, para no sentir. Pero el silencio te posiciona, te coloca en un lugar que hace que formes parte.

Y si vienen a por mí. Estaremos indefensxs, débiles y perdidxs en las excusas que nos mantiene en una posición aséptica. Justificamos para mantener la distancia y no enturbiar más nuestra situación. Mañana vendrán y me llevará, porque no me quiero rendir al miedo, porque también soy como ellxs, porque también creo, pienso y actúo con vehemencia, porque también pensé que se podían y se pueden cambiar las cosas, porque digo y expreso lo que siento, porque también tuve 20 años, porque también estoy desesperada.

¿Quiénes son lxs nuestrxs? Las luchas se encuentran segmentadas, divididas y parceladas. “Cada unx a lo suyo” y “marrones los justos” son los mantras del momento, como si todo lo que se ha hecho en los últimos años, ha sido un acierto y nadie ha corrido riesgos. Las evaluaciones de cómo se han hecho las cosas vendrán después, ahora urge la LIBERTAD de ellxs.          

No estamos todxs faltan lxs presxs. Faltan ellxs, y muchos más, lo repetiremos días tras día hasta que salgan. Las cárceles están llenas, rebosan “presxs comunes”, víctimas de un sistema, pero también lo “común” está siendo pensar, hacer, defender, cantar otra realidad. No están solxs, de eso estoy segura, la solidaridad de muchxs compañerxs está presente. Estamos ante una situación aberrante donde las medidas tomadas se hacen a modo de ejemplarizar y castigar, para que cunda el ejemplo. Hago un llamamiento a la gente, a los colectivos, a todas las personas para romper el silencio. Lo conseguiremos, hoy somos pocxs, pero mañana seremos muchxs más.

Este texto lo escribí hace ahora un año, cuando 6 personas entraron en prisión provisional en el contexto de una ocupación en el barrio de la Macarena. Actualización del texto en 2019: “Por lxs jóvenes de Altsasua, Fran Molero, independentistas catalanes, y por aquellas personas que se encuentran en prisión o con procesos judiciales abiertos con petición de cárcel por sus ideas”.

NO TODO ESTÁ PERDIDO. Película Caballos Salvajes (Marcelo Pineyro, 1995)

“Habitamos un mundo gobernado por el miedo, el miedo manda, el poder come miedo, ¿qué sería del poder sin el miedo? Sin el miedo que el propio poder genera para perpetuarse”. (Eduardo Galeano)

Macarena Olid, activista por los Derechos Humanos.