Naciones europeas han venido nutriendo sus economías con un intervencionismo vergonzante en el llamado Oriente Medio. Las tragedias humanas que se vienen produciendo en el último siglo son producto, en gran medida, de sus políticas interesadas. No obstante cuando personas y pueblos inocentes, en las situaciones de violencia tratan de buscar refugio en Europa, ésta se blinda y los rechaza con lo que cree son sus valores: fronteras y euros.
Fronteras para no gastar en su acogida, los euros ilegítimamente adquiridos y evitar las miradas trémulas de los que claman por un refugio para sus vidas y las de los suyos. Euros porque alimentan la creencia de que todo es mercancía y que con ellos todo es posible conseguir.
En el año 2016, la Unión Europea quejándose de haber sido invadida por las víctimas de las guerras, sobre todo de la de Siria, decidió formalizar un acuerdo con el gobierno turco para que éste, en plan mercenario, reforzara las fronteras, terrestre y marítima, y se quedara con los necesitados de refugio. El acuerdo entró en vigor el 20 de marzo y en seis mil millones de euros se fijó el precio del servicio. Fue nominado como el “Acuerdo de la Vergüenza”
Los supervivientes del tránsito migratorio quedaron confinados en diversos campos de refugiados de Grecia ya que varios países les cerraron el paso al interior de Europa. Muchas vidas se habían quedado frente a Lesbos y en otros puntos del Mar Egeo. La Unión Europea prometió acoger a 180.000 personas, se realizó un reparto, España se comprometió a acoger a 1.300 y ninguna nación cumplió el compromiso adquirido.
Los campos de refugiados persisten en Grecia y la vida en ellos es una crueldad. Son numerosos los suicidios de jóvenes y niños.
Cuando la situación de los demandantes de refugio es extrema en Grecia, Erdogán, presidente de Turquía, conocedor de la situación geoestratégica de su país y en base a los mismos contravalores de la U.E. ha abierto las puertas de sus campos de refugiados y les ha facilitado la salida a Grecia. La U.E. se habrá convencido de que el euro no da seguridades absolutas.
El ejército, la policía y organizaciones parapoliciales están haciendo lo imposible para impedir la entrada en Grecia de los necesitados de refugio y practicando devoluciones en caliente. Un niño y un joven han sido las víctimas mortales en estos días. Más muerte en la frontera.
Afirmamos rotundamente que todas estas víctimas inocentes tienen derecho a Justicia y que es la Justicia la que debe actuar hasta el reconocimiento de las responsabilidades y la reparación de los daños causados.
Jesús Roiz Corcuera (APDHA Sevilla)