En la noche del 14 de noviembre, 12 personas escaparon del Centro de Internamiento de Inmigrantes de Murcia, localizado en la pedanía de Sangonera. La existencia de los Centros de Internamiento (CIE) se encuentra ampliamente reprobada por la ciudadanía, tanto por su finalidad como por ser lugares de represión de los derechos humanos. Es por ello por lo que creo que las personas huidas necesitan y tienen derecho al amparo solidario de sus conciudadanos.
Los huidos estaban injustamente detenidos en el CIE de Murcia y se está reiterando un nuevo intento de retención. Se me dirá que no estaban detenidos sino retenidos. Puedo contestar que los “retenidos” de los CIE están en peor condición que los detenidos en cualquier centro penitenciario. Sin haber cometido ningún delito y tan solo una falta de carácter administrativo, se encuentran privados de libertad, con oportunidades de comunicación personal o telefónica muy limitadas, hacinamiento, calidad de comida muy lejana a la normalidad, bajo las órdenes de un personal instruido para la represión y sin los derechos elementales que le corresponden a cualquier preso ingresado en un centro penitenciario. “SOS Racismo” tiene dicho que “los CIE son lugares crueles, un agujero del estado de derecho”.
A esta realidad que comparten todos los CIE, hay que añadir que del de Sangonera varias asociaciones, partidos políticos y el Sindicato Unificado de Policía, han denunciado las malas condiciones de seguridad en el centro y han pedido su cierre. Según la ONG “Convivir sin racismo”, el CIE de Sangonera tiene el récord de motines e intentos de fuga. En un comunicado reciente manifiesta que “el centro no cuenta con todas sus instalaciones operativas ya que desde el mes de septiembre de 2015, a raíz de un amotinamiento, quedó destrozada una zona común y no ha sido reparada; pese a que desde diciembre del pasado año hasta finales de marzo de 2016 ha estado cerrado para reformar”. Parece ser que en un salón con capacidad para 60 personas se hacinan hasta más de cien recluidos. La misma ONG añade que “cada día que pasa abierto el CIE de Murcia es una amenaza para la seguridad de todos los internos y de cuentos prestan su servicio en ese centro”. Asimismo manifiesta que ha pedido al Juzgado de Control Jurisdiccional del CIE de Murcia y a la Oficina del Defensor del Pueblo de España que “intervengan de forma urgente” y denuncia “las considerables deficiencias organizativas y el incumplimiento de las medidas previstas en el Reglamento”.
La ONG “SOS Racismo” cita en un informe reciente que “las condiciones del CIE de Murcia son especialmente penosas y cuenta con la tasa de deportación más alta de todos, por lo que la situación de estrés, presión y temor que sufren las personas que están dentro es gravísima”.
El diputado regional de Podemos, Andrés Pedreño, ha denunciado que los episodios de incidentes continuos en el Centro de Internamiento de Extranjeros de Sangonera “son síntomas de la vulneración continuada de los derechos humanos, donde el gobierno regional mira a otro lado y donde la opacidad de lo que sucede es permanente”.
Por otra parte no me resisto a reproducir lo que la Coordinadora de Barrios de Madrid manifiesta en el comunicado lanzado en estos días: “Por desgracia, la historia de los CIE está llena de personas a las que se les niega el nombre, se les asigna un número y son tratados como mercancía deportable. No hay información, sólo opacidad. No hay asistencia sanitaria adecuada ni continuada. La asistencia letrada es deficiente, como el abrigo y la comida. Esta situación no es excepcional, es estructural en todos los campos europeos. Se nos dice que estas personas son encerradas por no ser europeas para que los europeos podamos movernos libremente. Se nos dice que estas personas invaden nuestro continente, se dice que son criminales, de otras religiones o terroristas. El hecho es que lo que campa a sus anchas por Europa y Occidente son unas élites neoliberales en crisis, que no están dispuestas a dejar de serlo, que consideran a las personas como una categoría de no-persona que es posible despojar de derechos sociales, humillar, encerrar y deportar. Esto nos acerca día a día al fascismo alimentado por un populismo xenófobo.”
A la altura de lo considerado sobre la legitimidad de la solidaridad con los fugados del CIE de Murcia, es obligado extender la solidaridad con todas las personas migrantes recluidas injustamente en los llamados “guantánamos” y solicitar el cierre de todos los CIE del Estado español y de todos los lugares de confinamiento de extranjeros de la llamada “civilizada” Europa.
Jesús Roiz Corcuera. (Es miembro de la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía. APDHA).
Sevilla, 18 de noviembre de 2016-.