Cádiz, 27 de mayo de 2025. Estamos otra vez en la calle, en esta plaza, para volver a exigir la libertad y la vida para el pueblo palestino. Hemos hecho ruido y alzado nuestras voces, que nadie pueda decir que no se sabía lo que está pasando en Gaza.
La Franja de Gaza ha sido testigo de una de las mayores masacres programadas de nuestro tiempo. Desde el inicio de la ofensiva israelí, más de 53.000 personas han muerto, incluyendo 16.200 niños.
Israel ha bloqueado Gaza, impidiendo la entrada de ayuda humanitaria. ¡Quieren matarlos no solo con bombas, sino de hambre! La hambruna se ha extendido, con 70.000 niños menores de cinco años sufriendo desnutrición y 14.000 en estado crítico.
Hospitales atacados y destruidos, poblaciones enteras arrasadas, sin agua, luz ni comida. La relatora especial de la ONU para los derechos humanos en el Territorio Palestino Ocupado ha advertido que la estrategia israelí busca la depuración étnica de los palestinos, sometiéndolos a continuos desplazamientos forzados y buscando la expulsión de su tierra de los que sobrevivan a las bombas, a la destrucción y a la hambruna. Están destruyendo, no solo un territorio, sino todo un pueblo, una historia, una cultura.
Son criminales sin escrúpulos. No cabe imaginar crueldad más terrible como la de los dirigentes del Estado Sionista que considera a los palestinos como cucarachas.
La inacción de los gobiernos occidentales ha sido vergonzosa. Mientras la Corte Penal Internacional ha emitido órdenes de detención contra Netanyahu y otros altos funcionarios israelíes por crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad, los países europeos continúan suministrando armas a Israel, incumpliendo su obligación de impedir el genocidio. Y manteniendo todo tipo de relaciones diplomáticas, económicas, militares y culturales. La normalización del Estado de Israel ha llegado al punto del lamentable espectáculo de permitir su participación en Eurovisión en medio de una ola de pronunciamientos en contra y protestas. Es desde luego un ejemplo de manual de la banalización del mal que decía Hannah Arendt.
El gobierno israelí actúa con la impunidad más absoluta, ignorando el derecho internacional humanitario, las resoluciones de los tribunales internacionales y actuando con la más miserable inhumanidad. Mientras, cada día mueren más y más personas, pero aún es un número insuficiente para estos criminales de guerra.
La impresionante movilización ciudadana en toda Europa ha sido clave para que algunos gobiernos comiencen a dar un pequeño giro, que aplaudimos, pero que resulta todavía absolutamente insuficiente, hiriente e indignante.
No queremos más dilaciones, ni más actitudes para la galería. Exigimos con toda contundencia:
- La apertura inmediata de los pasos fronterizos para la llegada de ayuda humanitaria organizada por la ONU.
- El fin de la ocupación y la retirada de las tropas israelíes de Gaza.
- Boicot, desinversión y sanciones internacionales a Israel.
- Ruptura de relaciones con Israel, diplomáticas, económicas, culturales y, sobre todo, militares.
La solidaridad no es un crimen. Es nuestra obligación moral
Viva Palestina libre.
